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Ubicado en una torre cercana al Parc Güell a la que se accede por unas largas y empinadas escaleras, este restaurante se abrió en 1959, siendo un referente en Barcelona.

Sus fundadores, los hermanos Sala, Jordi y Angel, supieron crear un rincón acogedor y lleno de romanticismo. Cabe destacar cómo el escritor Juan Marsé, utilizó uno de sus comedores como trasfondo de una cena de los protagonistas de su famosa novela «últimas tardes con Teresa«.

Este restaurante es una pequeña joya recomendable para nostálgicos de los viejos tiempos.

Su curioso nombre no responde a evocaciones budistas ni tiene nada que ver con el tipo de cocina que realizan.

Su cocina es catalana, casolana y sencilla.

Su carta es corta, destacando como primeros sus famosos caracoles elaborados de una forma muy propia, la esqueixada de bacalao, sus sabrosas alcachofas, la parrillada de verduras a la plancha  y sus originales tortillas rectangulares. 

Las carnes a la brasa son su especialidad destacando su pollo, su conejo lechal y la suculenta espalda de cordero.

Como guiso, destacamos los pies de cerdo al horno muy bien elaborados.

Si se tiene un día peleón, la sangría de cava de la carta goza de una fama excelente.

Actualmente, el restaurante lo llevan los hijos de los fundadores, David y Judith Sala acompañados de su magnífico equipo, Sandra, en cocina y Marcio en la sala, y una especial mención a Abilio, nuestro entrañable maitre de siempre.